He aprendido que Dios puede usar las partes más simples de mi vida diaria para enseñarme verdades espirituales profundas.
Para mí… una de esas lecciones vino a través de las compras en línea.
Ahora, siendo sincera: compro en línea mucho.
Instacart, Uber Eats, DoorDash, Amazon, Etsy… lo que sea.
(¡Por favor, no me juzgues!)
Mi vida está muy llena. Ayudo a cuidar a mi padre de 91 años. Tengo cuatro hijos y ocho nietos. Ayudo a dirigir un ministerio. Y a veces, hacer clic en “Hacer pedido ahora” es la única manera de que algo se logre.
Pero un día, mientras hacía otro pedido, el Señor susurró a mi corazón:
“Así es como funciona la fe”.
Y de repente, algo hizo clic.
🌱 Esperanza: El deseo y la visión
Hebreos 11:1 dice:
“Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve”.
Me di cuenta de que cada vez que compro en línea, en realidad todo comienza con la esperanza.
La esperanza es el deseo.
El anhelo.
La imagen en tu mente de algo mejor o de algo que necesitas.
Espiritualmente, allí es donde comienza la fe.
Toda mi vida ha sido un caminar de esperanza y fe.
He esperado que Dios restaurara las áreas rotas de mi familia.
He esperado que Él sanara corazones, cambiara circunstancias, abriera puertas y trajera liberación.
Y esa esperanza —esa visión— le dio a mi fe algo sobre lo cual afirmarse.
De la misma manera, cuando compro en línea, comienzo con una imagen en mi mente de lo que quiero o necesito. La esperanza da dirección.
Pero la esperanza por sí sola no es suficiente: tiene que convertirse en fe.
1️⃣ Hacer el pedido: Mi acto de fe
Cuando presiono el botón de “Realizar pedido”, sucede algo interesante:
Pago por algo que todavía no tengo.
Nunca he visto el artículo.
Nunca lo he tocado.
No lo he oído, ni olido, ni sostenido.
Puede estar al otro lado del país… o al otro lado del mundo.
Pero en el momento en que hago ese pedido, creo que existe. Y creo que viene en camino.
Eso es fe.
Marcos 11:24 dice:
“Por eso les digo: crean que ya han recibido todo lo que pidan en oración, y lo obtendrán”.
Espiritualmente, cuando oro y me afirmo en la Palabra de Dios, es como presionar “Enviar pedido”.
Estoy diciendo: “Señor, Tú lo dijiste, así que creo que es mío”.
📦 La fe hace el pedido. La confianza espera la entrega.
2️⃣ El correo de confirmación: La Palabra de Dios es mi recibo
Justo después de hacer un pedido, recibo un correo de confirmación.
Ahí me dice:
✅ que el pedido es real
✅ que el pago fue aceptado
✅ que el proceso ha comenzado
Todavía no tengo el artículo…
pero tengo evidencia.
Dios me mostró que Su Palabra funciona exactamente igual.
Cada promesa en la Biblia es como un correo de confirmación del cielo.
2 Corintios 1:20 dice:
“Porque todas las promesas de Dios son en él ‘sí’ y en él ‘amén’”.
Cuando Dios dice algo, ese es mi comprobante.
Puede que todavía no lo vea, pero el cielo ya ha reconocido mi pedido.
3️⃣ El tiempo de espera: La fe trabaja tras bambalinas
Esta es la parte que a ninguno de nosotros nos gusta —ni en lo espiritual ni en lo natural—.
Después de hacer un pedido en línea, siempre hay un tiempo de espera.
A veces son dos días.
A veces dos semanas.
A veces… más de lo que quiero esperar.
Pero aun cuando no veo movimiento, confío en que algo está pasando detrás de escena: procesando, empacando, enviando.
Daniel tuvo que esperar 21 días mientras un ángel peleaba batallas invisibles para traerle la respuesta (Daniel 10).
Esa historia significa mucho para mí, porque yo la he vivido.
Ha habido momentos en mi vida en los que oré y creí con todo mi corazón… y nada cambió por un tiempo.
Pero, igual que con los pedidos en línea, la demora no significó negación.
🕊️ Que yo no vea movimiento no significa que Dios no esté obrando.
Habacuc 2:3 dice:
“Aunque parezca tardar, espéralo; porque sin duda vendrá”.
4️⃣ El número de rastreo: Las actualizaciones del Espíritu Santo
Cuando tú compras en línea, eventualmente te dan un número de rastreo.
Me encanta ver las actualizaciones:
“Pedido procesado”
“Pedido enviado”
“Paquete en tránsito”
“En camino para entrega”
Cada una me da la seguridad de que el pedido va en camino.
Espiritualmente, el Espíritu Santo es mi sistema de rastreo.
Él me da:
paz
seguridad
gozo
y ese silencioso saber interior
Romanos 8:16 dice:
“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu…”.
Él me hace saber que mi oración ha sido escuchada, que mi “pedido” está en proceso y que todo sigue en camino.
5️⃣ La entrega: Cuando la esperanza se vuelve realidad
Luego viene mi momento favorito: el toque en la puerta.
Lo que empezó como una esperanza…
Lo que pasó a ser fe…
Finalmente llega a mis manos.
Y espiritualmente, ese es el momento en que la promesa se manifiesta.
Jesús dijo:
“Si crees, verás la gloria de Dios” (Juan 11:40).
La fe se convierte en vista.
La esperanza se vuelve realidad.
Lo que no se veía, se hace visible.
He vivido esto una y otra vez: en sanidad, restauración, provisión, protección y rompimientos.
✅ Lo que aprendí
Las compras en línea me enseñaron esto:
La esperanza me da el deseo.
La fe me da la confianza.
La confianza (la fe puesta en Dios) me lleva a través de la espera.
Y Dios siempre cumple.
No llamo a Amazon cada hora preguntando: “¿Están seguras de que lo van a enviar?”.
No le escribo mensajes de pánico a DoorDash.
No envío correos a Etsy suplicando seguridad.
Simplemente creo…
desarrollo quietud…
y espero que suene el timbre.
Si puedo confiar en compañías terrenales con mis pedidos,
¿cuánto más puedo confiar en un Dios fiel con mis oraciones?
“Por eso les digo: crean que ya han recibido todo lo que pidan en oración, y lo obtendrán”. Marcos 11:24 (NVI)
